Friday, March 21, 2008

La lluvia en pasos

Acá estoy sola. Tomando un té y escuchando un disco que jamás escuchamos juntos y lamentándome por no habértelo mostrado.
Tan convencida de que te hubiera gustado, que hasta imagino tu cuerpo tendido en la alfombra, ojos cerrados, siguiendo atentamente la secuencia de la melodía.
Supongo todo esto, claro. Porque no lo sé... simplemente me gusta imaginarte como me gustaba que fueras y punto.
Sólo eso... y ciertamente podría pensar en las miles de cosas que odiaba de vos... pero ¿para qué? Imaginarte bien y punto.
Llueve afuera y en cambio adentro todavía esta nublado.
Primero el calor, la cama compartida, la ventana abierta, el hielo jugando en los vasos, el libro sobre la mesa.
Luego, viento. Viento furioso que hace que por mi casa pase una corriente de aire helada que se lleva por delante un par de discos y algunos papeles.
Me paro, la cama vacía y deshecha, cierro la ventana.
Después del viento caen las primeras gotas. Las gotas-kamikaze. Las gotas más valientes o las que se cansaron de esperar. Caen tímidamente y el viento...
Y por último, regalo de los dioses, la lluvia.
La lluvia nítida y puntual.

Y entonces pongo un disco, ese que jamás escuchamos juntos. Me hago un té. Y te imagino... y punto.